miércoles, 27 de noviembre de 2013

#Box: Campeones Mundiales Santafesinos

Este post trata de actualizar los campeones mundiales de box nacidos en Santa Fe, y es realizado merced al machaca cabezas de Julio Manuel Cantero.


CARLOS MONZÓN

 Campeón Mundial Mediano (1970-1977) Nació el 7 de agosto de 1942 en San Javier, Santa Fe 
Murió el 8 de enero de 1995 en Santa Fe Total: 87 ganadas (59 ko) - 9 empatadas - 3 perdidas y 1 sin decisión 



MIGUEL ÁNGEL CUELLO

Campeón Mundial Medio Pesado CMB (1977-1978)
Nació el 27 de febrero de 1946 en Elortondo, Santa Fe
Total: 21 ganadas (19 ko) - 1 perdida.
Murió el 14 de setiembre de 1999 en Elortondo


JUAN MARTÍN COGGI


Campeón Welter Jr.AMB (1987-90/1993-94/1996)
Nació el 19 de diciembre de 1961 en Fighiera, Santa Fe
Total: 75 ganadas (45 ko), 5 perdidas y 2 empatadas


argentino
JULIO CÉSAR VASQUEZ


Campeón Mediano Jr. AMB (1992-1995/1995-1996)
Nació el 13 de julio de 1966 en Santa Fe
Total de Combates: 81 Ganados: 68 Perdidos: 13 Empatados:
A/Límite: 43 A/Límite: 6 S/Decisión: 0


NÉSTOR HIPÓLITO GIOVANNINI


Campeón Mundial Crucero OMB (1993-1994)
Nació el 7 de febrero de 1961 en Rafaela, Santa Fe
Total: 37 ganadas (16 ko), 10 perdidas y 4 empatadas


CARLOS MANUEL BALDOMIR


Campeón Mundial welter CMB (2006)
Nació el 30 de abril de 1971 en Santa Fe
Total de Combates: 61 Ganados: 44 Perdidos: 11 Empatados: 6
A/Límite: 13 A/Límite: 1 S/Decisión: 0 




  

lunes, 11 de noviembre de 2013

El boxeador que rechazó la victoria...

La noche se predisponía con una temperatura agradable. Los habitantes de Pigüe, una ciudad ubicada a 600 kilómetros de Buenos Aires, tenían la oportunidad de ver boxeo. No es común que las cámaras de los medios capitalinos se acerquen hasta allí. Una velada especial. El sábado 21 de mayo de 2011 era la chance de los habitantes del lugar para alentar a su hijo predilecto, Sebastián Heiland, en su enfrentamiento ante Sergio Sanders. La batalla fue larga, pero al escuchar el fallo de los jueces el público festejó. Todos gritaban, menos una persona. El boxeador local, Sebastián Heiland, que apenas escuchó las tarjetas tomó la decisión de que el triunfo no le pertenecía y no lo quería. “Estoy en contra de los fallos localistas. Nunca me gustaron”, se excusó Heiland rechazando públicamente el triunfo que le habían dado los jueces. Fueron 10 rounds en los que no hubo caídas. El “Gauchito de Pigüe” tuvo momentos de lucidez en los cuales pudo impactar sobre el rostro de su rival. De a ratos se pareció al joven púgil que alcanzó el título latino de los medianos ante Gustavo Falliga un año antes y que se proyectaba como una promesa. Sin embargo, durante más tiempo fue una sombra que se dejó avasallar por Sanders. El resultado era obvio. Analistas, expertos y fanáticos del boxeo suponían una victoria de Sanders o, como mucho, un combate empatado. No fue así. Los jueces Juan Bressan (97-95, 5), Néstor Sabino (97-95, 5), y Osvaldo Sequeiros (97-95) fueron unánimes y vieron ganar a Heiland. Los espectadores gritaban y sacaban pecho por el orgullo de su pueblo. Festejo, algarabía y puras sonrisas. Pero Heiland explotó y con vozarrón desaforado manifestaba: “NO, yo no gané” A los gritos en medio del cuadrilátero y con mirada desafiante hacia los propios dueños de las tarjetas, el “Gauchito de Pigüe” manifestó su derrota. Tomó de la mano a Sanders y con su dedo índice señalándolo gritaba: Ganó él. Los jueces se llenaron de vergüenza. Su beneficiado los plantó, no lo creían y entre risas nerviosas se escaparon sin hablar. En definitiva, el local entregó la pelea. Aunque, para Boxrec todavía el vencedor sea él, Heiland dijo que perdió. “A mi las cuentas no me dan: fui un claro perdedor. Yo aprendo más con las derrotas que con las victorias y le quiero decir la verdad a mi gente”. No hay que mentir. El público tenía una sensación extraña, la cara no era de felicidad. La incómoda incertidumbre de no saber qué hacer. La ciudad había perdido la chance de tener un campeón. Cada una de las personas que pagó su entrada quería ver un ganador, no un buen tipo. Sin embargo, sin darse cuenta cambiaron el chip y los aplausos empezaron a bajar. Al fin y al cabo, es un ejemplo. Números extraños en tarjetas infames han sido el flagelo del boxeo a lo largo de su existencia. Con boina, vestido de gaucho junto a su poncho. El zurdo boxeador tuvo, aunque sea, un momento para cambiar el deporte. Lo quiso convertir en uno de caballeros en el cual las bestias no existen. No obstante, esa batalla también significó un fantasma en su carrera. A fines de 2011 estuvo cerca de abandonar el boxeo. La decisión de “entregar” la pelea significó una crisis de confianza. No sólo hacia sus habilidades, sino que también hacia su amor al deporte. Las trampas, los arreglos y manejos lo cansaron. Pero se levantó y siguió. Ahora mantiene viva su carrera. El centro de educación física Nº83 que fue testigo y anfitrión del instante de caballerosidad tuvo revancha. En abril de 2013, ante su gente, Heiland obtuvo –nuevamente- el cinturón latino de peso medio del consejo. Pero la Leyenda del Gaucho de Pigûe ya traspasó el umbral de las victorias.

Revisa el video de aquellas acciones con la pelea completa. A partir del minuto 49 empieza la lectura de las puntuaciones y las entrevistas a ambos peleadores.

domingo, 10 de noviembre de 2013

"AY DIOS MÍO"

El español Felipe Reyes realizó una terrible jugada segundos antes de la llegada del entretiempo del partido en el que el Real Madrid recibió hoy a La Bruixa d'Or. Marcus Slaughter sacó de abajo del aro y le revoleó la pelota para Reyes, agarró la pelota de espaldas al aro y la revoleó para atrás sin mirar el aro, con la increíble puntería y de la pelota cayó limpia adentro, convirtiendo un triple de antología.

QUEDÓ EN EVIDENCIA...

Muchas veces se habla de que algunos deportistas no conocen el reglamento y que eso a veces los perjudica. En el partido de ayer de la NBA entre los Miami Heat y los Boston Celtics esto quedó muy claro. Los Celtics perdían por dos puntos y cortaron con falta (al pedo habrá creido mas de uno) a Dwayne Wade, quedando tan solo 6 décimas de segundo en el reloj. El ayuda de los campeones lanzó el primer tiro y lo falló, para luego tirar a proposito el segundo con el tablero, con la intención de que se agarre el rebote y se termine el partido. Claro, se olvidó del pequeño detalle de que la pelota tiene que tocar si o si el aro. Como esto no pasó, Boston sacaba de costado y al pedir un tiempo muerto, lo hacía desde la mitad de la cancha. Lo que pasó después, les dejo que lo aprecien en el video, TODO cortesía de Jeff Green. 
MIAMI HEAT 110-111 BOSTON CELTICS